El Colegio Pablo Apóstol aspira a ser un espacio propicio para la “humanización” y “salvación” de todas las personas que constituyen su comunidad educativa. Concibe a la persona humana, varón y mujer, como la unión substancial de cuerpo y alma espiritual, única, individual e irrepetible. Tiende a formar en todas las dimensiones de su ser, física, intelectual, afectiva, moral, religiosa, social, posibilitando la asunción de valores universales y virtudes personales.
Acorde a la cosmovisión cristiana católica, la familia es el primer ámbito educativo de la persona. Padre y madre son quienes conducen y promueven la educación de sus hijos propiciando el desarrollo de todas sus capacidades en vistas a la adquisición de virtudes que los plenifican como varón y mujer. Por ser ellos los primeros educadores, deben manifestar su confianza y adhesión al Proyecto Educativo que han elegido y ser coherentes con los principios que allí se sustentan.
Para facilitar la comunicación fundamental entre la familia y el Colegio, periódicamente se realizan reuniones expositivas y formativas, de asistencia necesariamente obligatoria, tendientes a sostener la identidad y coherencia del ideario educativo. Así mismo los padres son convocados y recibidos espontáneamente para dialogar y actuar en conjunto toda vez que se considere necesario.
Nuestro Proyecto Educativo, centrado en la persona de Cristo y las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia, procura atender la dimensión religiosa de una manera integrada con todos los demás saberes que se enseñan, de manera que nuestros niños y jóvenes se inicien en una cosmovisión cristiana que les permita descubrir y formular gradualmente su propio proyecto de vida.
Se pretende que a lo largo de su formación, el alumno descubra, aprecie y adhiera a los valores que configuraron la cultura católica, adquiriendo sentido de pertenencia y compromiso con la comunidad en la que vive y participa.
Como eje del estilo educativo que lo caracteriza está la dignidad de toda persona. Estilo que implica tanto el respeto a las diferencias, a los intereses y a los tiempos personales de maduración, como el sostenimiento de vínculos interpersonales que generan un clima cálido y respetuoso. Los criterios y normas de convivencia, en pos del bien común, se inspiran en el Sistema preventivo de San Juan Bosco. Ello requiere la comprensión, libre adhesión y participación de todos los integrantes de la comunidad. Los educadores desde una actitud preventiva, acompañan al alumno para orientarlo promoviendo espacios favorables a las acciones virtuosas y evitando o previniendo situaciones negativas.
Se procura que cada miembro de la comunidad educativa se sienta escuchado, valorado, necesario e importante para el otro, para vivir – como nos enseña el Apóstol Pablo - la virtud cristiana de la Caridad.
Por ser una educación integral y en busca de un acompañamiento personalizado queremos que nuestro proyecto educativo sea capaz de dar respuesta a las diversas áreas del saber: